Imaginemos por un momento que alguien que no tiene ni idea de polÃtica catalana, ni ha seguido la campaña electoral, tiene que analizar los resultados del pasado domingo basándose simplemente en los números. Y se encuentra un partido, CiU, que ha ganado con muchÃsima claridad en el conjunto de Cataluña, en cada una de sus cuatro provincias y en 40 de sus 41 comarcas. Un partido que suma más votos y escaños que el segundo y el tercero juntos. Un partido que suma en solitario más escaños que todos los partidos “proespañoles” (PSC, PP y C’s) juntos. Un partido que se ha asegurado otra legislatura de gobierno y que, con los números en la mano, no tiene a nadie que le vaya a disputar la hegemonÃa polÃtica catalana a medio plazo. La conclusión obvia es que este partido ha obtenido un claro triunfo.
Pues no. Según los medios de comunicación, ha sido un enorme fracaso a pesar de los números. ¿En serio? SÃ, es cierto que la victoria de CiU ha sido menor de lo esperado, que se han dejado un buen puñado de votos en el camino y que, en definitiva, a Mas el tiro le ha salido por la culata. Pues bueno. Esperaban ganar por cinco a cero y al final “solo” ha sido tres a cero. Sigue siendo una clara victoria, y un magro consuelo para los perdedores.
Entonces, con los datos en la mano, ¿hay perdedores? Pues sÃ. A pesar de la manÃa que tienen todos de declararse ganadores, sà que hay perdedores. Os voy a dar unas pistas sobre quiénes son, o mejor dicho, no son.